han llevado los precios de los barrios ricos de España a máximos históricos.

“El inversor extranjero fue el primero que apostó por el mercado inmobiliario español”, reconoce Beatriz Toribio, directora de estudios de Fotocasa. Británicos, norteamericanos, rusos o venezolanos han aprovechado en los últimos años la oportunidad de obtener importantes rentabilidades que abrió la vivienda tras el traumático estallido de la burbuja de 2008, hasta el punto de que su participación en el mercado se ha convertido en uno los principales factores responsables de que los precios en los distritos y barrios mejor valorados de las grandes capitales y de zonas costeras hayan alcanzado máximos históricos.

La participación del inversor extranjero, estabilizada en torno al 13% del total, ha apoyado la recuperación de los precios

Cuando en los peores años de la crisis a los especuladores y a las familias nacionales todavía les temblaban las piernas, desde fuera se volvieron a apreciar las bondades del mercado inmobiliario del país “que ofrece la seguridad jurídica y las ventajas políticas de pertenecer a la UE” -según observa Rafael Gil, director del servicio de estudios de Tinsa-; cuyos precios se habían hundido tras la devaluación generalizada y cuyas ciudades importantes siguen siendo mucho más asequibles en comparación con otras plazas comparables del club comunitario; y que atesora atractivos como “el clima y la gastronomía mediterránea, la sanidad universal, una rica oferta cultural o un razonable nivel de la educación” -según continúa el experto de Tinsa.

Esta participación del inversor extranjero, estabilizada en torno al 13% del total, ha apoyado la recuperación de los precios de las compraventas de viviendas en en el conjunto España, que el Colegio de Registradores cifra en un 30% desde 2014 hasta el cierre de 2018, pero lo más relevante es que ha incidido especialmente en las zonas premium: como el distrito de Salamanca en Madrid, donde el precio del metro cuadrado se ha disparado a cotas nunca vistas, por encima de los 6.000 euros, según Fotocasa; o como Sarrià-Sant Gervasi en Barcelona, donde se superan los 5.600 euros -ver gráfico-; teniendo en cuenta que la media del Estado se sitúa en los 1.870 euros por metro cuadrado.

“Es innegable que una buena localización es un seguro a prueba de riesgos como la incertidumbre política o los vaivenes en la economía para los inversores extranjeros en vivienda”, apunta Lola Ripollés, profesora de EAE Business School, quien considera que “esto tiene un efecto en los precios de los mejores barrios, ya que hay un aumento de la demanda”.

“Los extranjeros llegan a España atraídos por la calidad de vida y por los precios que, si bien hoy en día ya no son ningún chollo, siguen por debajo de muchos otros mercados, por lo que para muchos extranjeros son asequibles y eso les invita a invertir y también a instalarse”, incide Olivia Feldman, experta de HelpMyCash, que también destaca “que el poder adquisitivo de muchos extranjeros es más elevado y les permite pagar más por un inmueble”.

“Las ‘golden visa’ son un factor añadido para que la vivienda suba”

La importancia del factor inflacionista que supone la mayor demanda de viviendas por parte de extranjeros se refleja en datos como el flujo de inversión bruta procedente del exterior en actividades inmobiliarias, que en 2018 alcanzará el máximo en un año -al estar la cifra hasta septiembre (la última publicada por el Ministerio de Comercio) cerca de los 4.000 millones de 2015, el último techo-, con nacionalidades como la estadounidense o la venezolana estableciendo sus propias marcas históricas.

En el caso de la inversión llegada del país latinoamericano, el 62% del total se concentra en Madrid, lo que desvela su relevancia en este mercado concreto. “Las situación que se está viviendo en Venezuela hace que España se vea como un refugio”, comenta Lola Ripollés, del EAE Business School, como Londres o París lo fueron, por ejemplo, para rusos o ucranianos en la primera parte de la década.

“Estos inversores están preparados para pagar más por tener sus inversiones en un buen barrio y tienen los incentivos de la golden visa“, desvela la profesora. Este es un mecanismo legal mediante el cual el Estado concede visados y autorizaciones de residencia a los compradores extranjeros de inmuebles por 500.000 euros o más y en 2018 también va camino de firmar un récord, lo que “es un factor añadido para que los precios suban”, concluyen en Tinsa.

 

Fuente: Spainhouses.net